Él es el Padre de la Grandeza, el Glorioso que es adorado, para cuya grandeza no hay medida, que es el Primer Eterno, quien estaba antes que todo lo que ha sido y lo que será, la Raíz de toda las Luces, el Rey en la sabiduría del incomparable Rocío Dulce. Su delicado y maravilloso Resplandor brilla dentro y fuera y no es ignorante de nada; Él reúne y recoge la realización de buenas acciones, …nos puede hacer igual a los muchos Santos.
Sus doce ‘Horas’, Sus doce Doncellas que le rodean, las Victorias llenas de guirnaldas que dan adoración a su Rey, sus arpas en sus manos, los laúdes en sus palmas, mientras le cantan al Padre Oculto – ¡los Mensajeros que han terminado su curso corriendo en la alegría te glorifican a Ti mientras van a la Luz a por sus guirnaldas! No hay otro Dios en absoluto.
Los frutos del Árbol Bueno son Jesús el gran Amanecer de la Gloria, el padre de todos los Mensajeros; su Reflejo es la santa Iglesia; su Intelecto es la Columna de la Gloria, el Hombre Perfecto; su Percepción es el Primer Hombre, que habita en la Nave del Agua Viviente; su Pensamiento el Tercer Enviado, que habita en la Nave del Fuego Viviente que brilla bajo el Sol; mientras que la Mente es el Padre que vive en la Grandeza que se ha perfeccionado en los Eones de la Luz.
Mira, los ‘Cuatro Días son los siguientes: Dios, la Luz, el Poder, y la Sabiduría – Dios, que está en los Eones, y la Luz que está sobre ellos, el Poder que mantiene el ‘Todo’, la santa Sabiduría que se encuentra en la Iglesia.
– Capítulo 13 del Evangelio del Profeta Mani, Edición de Duncan Greenlees